lunes, 29 de julio de 2013

29. LA TERCERA GUERRA MUNDIAL

PARA LEER ESTE CAPÍTULO ES RECOMENDABLE ESCUCHAR ESTA CANCIÓN: 

More Than This - One Direction

Subimos a mi casa y le ofrecí un té, pero lo rechazó. Acababa de cenar, así que empezamos a hablar:

-         Bueno, y... ¿Has venido por algo en especial?
-         La verdad es que... ¿Recuerdas que te quería decir algo en aquel parque?
-         Sí, pero Pam nos interrumpió...
-         Exacto.
-         ¿Qué me querías decir?

En ese instante, Steve se acercó y ¡me besó! Yo no me lo esperaba para nada y mi reacción fue la siguiente:



Le empujé. ¡No quería que me besara! Tal vez él sintiera algo por mí... Pero yo por él no. Si llego a saber que eso era lo que me quería “decir”... No le hubiera dado la mano el día anterior. Yo le veía como un amigo...

-         Esto... Steve...
-         Lo entiendo... – miró al suelo, levantó la vista al techo y luego me miró a los ojos.
-         Steve tú... No me... Gustas – aquellas palabras tardaron en salir de mi boca. No quería decirlas, para no herir sus sentimientos...
-         No te preocupes... Ya “no le gusté a una chica” anteriormente...
-         Lo siento Steve...

Nos costaba hablar. Era una situación un tanto incómoda. No sabíamos qué hacer. Yo estaba en mi casa, y no podía irme, pero tampoco quería echarle... Y él estaba quieto delante de mí, sin articular palabra.

-         Esto...
-         Tranquila, ya me voy.

Steve me había leído el pensamiento. No quería ser borde, pero necesitaba estar sola un rato, ahora de verdad.

Después de esto yo miré al suelo y él se fue rápidamente. Me senté en el sofá, mirando a la nada, pensando... ¿Habré hecho lo correcto?

Era un debate mental. Una parte de mí me decía que fuera tras él, que no le dejase marchar, pero otra parte me decía lo mismo que le dije yo a Liam aquella tarde... “El destino sabe lo que hace. Todos tenemos nuestro lugar”. También le dije que estaba segura de que mi sitio era allí en Londres, pero... ¿Y si me equivocaba? ¿Qué pasaría si mi lugar no estaba en Londres? Pero claro, eso no lo sabes hasta que has ganado años, has estado en muchos sitios y has visto que ninguno te hacía feliz, y cuando ves que estás a gusto en uno de ellos, dices: “he encontrado mi lugar”. Yo aún era muy joven, y no sabía si debía quedarme allí, o si era demasiado pronto y tenía que regresar a España con mi familia y amigas, y seguir con mi amargante y monótona vida durante la mayor parte de mi juventud. Había una verdadera guerra en mi mente. La Tercera Guerra Mundial, diría yo.

Perfectamente podía entrar en Internet, reservar un vuelo a Málaga para el día siguiente, y dejar colgado a Simon con el trabajo, a Bárbara con la panadería, a Liam con su audición, a Christian con su visita a aquel centro, puesto que el día siguiente era lunes, no volver a ver a su primo Ed, ni a Harry con su delantal, Louis, Zayn, o a aquel chico de Nando’s... ¡Niall! Tampoco volvería a verle, o a Eric metiéndose en líos, no arreglaría las cosas con Steve... No volvería a ver a Liam... Después del tierno beso que nos dimos aquella tarde... Podía irme a España al día siguiente y dejarlos a todos esperándome. A tantos amigos que había hecho, dejarles allí, preguntándose unos a otros “¿Has visto a Noa?” “¿Sabéis dónde está?” o tal vez ni se lo preguntarían... Tal vez me había hecho demasiadas ilusiones, y yo no les importaba tanto como creía... Podía irme y que todos se olvidasen de mí, sin notar si quiera mi ausencia...

Me levanté del sofá y fui a mirar por la ventana. Ese día era el domingo en el que terminaba la feria que por esos días estaba. Había muchos fuegos artificiales, que me hacían recordar la canción “Firework” de Katy Perry. Me reconfortaba esa canción porque te da confianza y te anima.



Entonces me acordé de la audición de Niall, en la que Katy le dijo: “No nos decepciones” y Niall le contestó: “No lo haré”. Creí que las personas a las que iba a dejar atrás si volvía a España pensarían que yo les había decepcionado. No quería que me olvidasen, ni quería decepcionarles. Yo pensaba y sigo pensando que les importo. “Yo les importo de verdad, y no me voy a ir.” Pensé. Entonces sentí en mi interior una fuerza que me empujó a gritar por la ventana: ¡¡¡No estoy sola en esto!!! ¡¡¡Me quedo aquiiiiiiiií!!! Agité los brazos, y comencé a dar vueltas en el salón. A saltar, a bailar sin música, a celebrar que me quedaba, de momento. Que era feliz allí, con Simon, Bárbara, Liam, Harry, Christian, Steve, Zayn, Louis, Niall, Katy Perry, las ancianitas que iban a comprar el pan todos los días a la panadería... Era feliz allí, con todas las personas a las que había conocido, y con todas las cosas que había hecho, en aquellos diecisiete días que llevaba en Londres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario