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More Than This - One Direction
Subimos a mi casa y le ofrecí un té, pero lo rechazó. Acababa de cenar, así que empezamos a hablar:
More Than This - One Direction
Subimos a mi casa y le ofrecí un té, pero lo rechazó. Acababa de cenar, así que empezamos a hablar:
-
Bueno, y... ¿Has
venido por algo en especial?
-
La verdad es
que... ¿Recuerdas que te quería decir algo en aquel parque?
-
Sí, pero Pam nos
interrumpió...
-
Exacto.
-
¿Qué me querías
decir?
En ese instante, Steve se
acercó y ¡me besó! Yo no me lo esperaba para nada y mi reacción fue la siguiente:
Le empujé. ¡No quería que me
besara! Tal vez él sintiera algo por mí... Pero yo por él no. Si llego a saber
que eso era lo que me quería “decir”... No le hubiera dado la mano el día
anterior. Yo le veía como un amigo...
-
Esto... Steve...
-
Lo entiendo... –
miró al suelo, levantó la vista al techo y luego me miró a los ojos.
-
Steve tú... No
me... Gustas – aquellas palabras tardaron en salir de mi boca. No quería
decirlas, para no herir sus sentimientos...
-
No te
preocupes... Ya “no le gusté a una chica” anteriormente...
-
Lo siento
Steve...
Nos costaba hablar. Era una
situación un tanto incómoda. No sabíamos qué hacer. Yo estaba en mi casa, y no
podía irme, pero tampoco quería echarle... Y él estaba quieto delante de mí,
sin articular palabra.
-
Esto...
-
Tranquila, ya me
voy.
Steve me había leído el
pensamiento. No quería ser borde, pero necesitaba estar sola un rato, ahora de
verdad.
Después de esto yo miré al
suelo y él se fue rápidamente. Me senté en el sofá, mirando a la nada,
pensando... ¿Habré hecho lo correcto?
Era un debate mental. Una
parte de mí me decía que fuera tras él, que no le dejase marchar, pero otra
parte me decía lo mismo que le dije yo a Liam aquella tarde... “El destino sabe
lo que hace. Todos tenemos nuestro lugar”. También le dije que estaba segura de
que mi sitio era allí en Londres, pero... ¿Y si me equivocaba? ¿Qué pasaría si
mi lugar no estaba en Londres? Pero claro, eso no lo sabes hasta que has ganado
años, has estado en muchos sitios y has visto que ninguno te hacía feliz, y
cuando ves que estás a gusto en uno de ellos, dices: “he encontrado mi lugar”.
Yo aún era muy joven, y no sabía si debía quedarme allí, o si era demasiado
pronto y tenía que regresar a España con mi familia y amigas, y seguir con mi
amargante y monótona vida durante la mayor parte de mi juventud. Había una
verdadera guerra en mi mente. La Tercera Guerra Mundial, diría yo.
Perfectamente podía entrar en
Internet, reservar un vuelo a Málaga para el día siguiente, y dejar colgado a
Simon con el trabajo, a Bárbara con la panadería, a Liam con su audición, a
Christian con su visita a aquel centro, puesto que el día siguiente era lunes,
no volver a ver a su primo Ed, ni a Harry con su delantal, Louis, Zayn, o a
aquel chico de Nando’s... ¡Niall! Tampoco volvería a verle, o a Eric metiéndose
en líos, no arreglaría las cosas con Steve... No volvería a ver a Liam...
Después del tierno beso que nos dimos aquella tarde... Podía irme a España al
día siguiente y dejarlos a todos esperándome. A tantos amigos que había hecho,
dejarles allí, preguntándose unos a otros “¿Has visto a Noa?” “¿Sabéis dónde
está?” o tal vez ni se lo preguntarían... Tal vez me había hecho demasiadas
ilusiones, y yo no les importaba tanto como creía... Podía irme y que todos se
olvidasen de mí, sin notar si quiera mi ausencia...
Me levanté del sofá y fui a
mirar por la ventana. Ese día era el domingo en el que terminaba la feria que
por esos días estaba. Había muchos fuegos artificiales, que me hacían recordar
la canción “Firework” de Katy Perry. Me reconfortaba esa canción porque te da
confianza y te anima.
Entonces me acordé de la
audición de Niall, en la que Katy le dijo: “No nos decepciones” y Niall
le contestó: “No lo haré”. Creí que las personas a las que iba a dejar atrás si
volvía a España pensarían que yo les había decepcionado. No quería que me
olvidasen, ni quería decepcionarles. Yo pensaba y sigo pensando que les
importo. “Yo les importo de verdad, y no me voy a ir.” Pensé. Entonces sentí en
mi interior una fuerza que me empujó a gritar por la ventana: ¡¡¡No estoy sola en esto!!!
¡¡¡Me quedo aquiiiiiiiií!!! Agité los brazos, y comencé a dar vueltas en el salón.
A saltar, a bailar sin música, a celebrar que me quedaba, de momento. Que era
feliz allí, con Simon, Bárbara, Liam, Harry, Christian, Steve, Zayn, Louis, Niall,
Katy Perry, las ancianitas que iban a comprar el pan todos los días a la
panadería... Era feliz allí, con todas las personas a las que había conocido, y
con todas las cosas que había hecho, en aquellos diecisiete días que llevaba en
Londres.
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