Me
acerqué a la puerta, algo asustada. No sabía quién podía llamar a esas horas de
la noche. Pregunté:
-
¿Quién
es?
Me
alivió escuchar la voz que me dijo:
-
Soy
Ed, perdona que te moleste tan tarde, ¿puedo entrar?
Abrí
la puerta y Ed estaba ahí de pie, solo.
-
Claro,
pasa.
Ed
entró a la casa y se sentó en el sofá de mi salón. Yo me senté junto a él.
-
¿Qué
ocurre?
-
Pues
verás... Siento molestarte, pero mañana me voy a una casa en un campo con mi
familia, y ya no podremos hablar, porque allí ni hay cobertura.
-
No
pasa nada.
-
Oye
Noa... ¿Tú sabes si a Christian le pasa algo? Le veo muy... Raro. Demasiado. No
es él. Nunca le había visto así. Está... Deprimido, serio, sin ganas de nada...
-
Oye,
no es por nada pero... ¿Por qué vienes a preguntármelo a mí?
-
Pues
porque eres la única amiga suya que conozco.
-
¿En
serio?
-
Sí.
Nunca le he visto con nadie. Si alguna vez me lo he encontrado estaba solo.
Casi siempre está metido en casa de su padre. Rara vez le deja salir. Esto
siempre ha sido así, pero ahora Christian está...
-
La
verdad yo también le he notado raro, pero no le he dado mucha importancia...
Además, me ha dicho que ayer estuvo con unos amigos.
-
¿Amigos?
Estuvo todo el día metido en casa con su padre.
-
¿De
verdad? ¿Cómo estás tan seguro?
-
Porque
me lo dijo. Me pidió que no lo contara, pero me preocupa que esté tan solo y
por eso venía a pedirte si podías pasar más tiempo con él estos días... Oye, no
quiero obligarte, de verdad... Sólo soy su primo y me preocupo por él... Claro
que si estás ocupada pues...
-
No,
no. Hoy conseguí trabajo pero cuando salga puedo ir con él. No te preocupes,
puedes irte tranquilo. Estaré con él el tiempo que haga falta. Christian me cae
muy bien. Estaremos entretenidos.
-
Oh,
gracias, en serio. Eres genial.
-
De nada
– sonreímos.
-
Oye,
te doy su dirección, por si quieres pasarte. No vive muy lejos de aquí.
-
Claro
– apunté su dirección en un papel que tenía a mano.
-
Yo
me despedí de él esta tarde, porque me voy mañana por la mañana, muy muy
temprano. Así también aprovecho y me despido de ti.
-
Que
tengas un buen viaje. Mañana mismo iré a verle a su casa. Le daré una sorpresa.
-
Se
alegrará de verte, te lo aseguro.
-
Bueno,
pues que duermas y lo pases muy bien.
-
Gracias,
buenas noches.
-
Buenas
noches.
Ed se
fue. Yo me acosté pensando en lo que iba a hacer mañana. Era mi primer día de
trabajo, tenía que estar con Christian y también debía averiguar quién me mandó
el ramo de rosas. Sería un día completito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario